sábado, 6 de octubre de 2012

¡TEN CUIDADO EN LIMA!



En la década del 60´, el escritor peruano Sebastián Salazar Bondy definió a la capital con un adjetivo muy subjetivo, pero cierto para la época en la que vivió: Lima la horrible. Y creo que esta frase aún perdura y perdurará en la mente colectiva de los limeños que residen o frecuentan por la famosa “Ciudad de los Reyes”. Aún me atrevo a considerarla con este término pese a que algunos crean que Lima ha cambiado. 

Es muy conocido escuchar frases como: ¡Ten cuidado en Lima! ¡En la plaza Dos de Mayo hay un montón de choros! ¡Si sales tarde de clase procura ir con amigos! ¡No camines  por Cailloma ni por Colmena! Son los grandes consejos de los padres. Y es lamentable que la inseguridad en Lima haya crecido con cifras alarmantes que sinceramente ya no da ganas de salir de casa. Y con toda esta ola de asaltos que ha sucedido este año, el temor aumenta cada vez más en los ciudadanos de a pie.

Según las estadísticas de la Policía Nacional. Por ejemplo, durante los meses de enero y febrero del 2012, el número de personas requisitoriadas ascendió a 2,536, es decir, se incrementó 121% respecto al año anterior. Y eso sin contar las agresiones, secuestros, violaciones, etc. Nadie es libre de estos acontecimientos que afectan  la integridad física. Y no solo es en Lima. En cualquier parte de la capital la delincuencia se apodera de las calles y avenidas principales. Es que estas personas del mal vivir solo tienen una misión: la de robar. Y los casos son palpables. 

Cuántas veces hemos sido testigos de asaltos, en vivo, a plena luz del día, mientras viajamos en el colectivo. Tanto así que sentimos esa impotencia de no poder actuar y solo nos quedamos con la mentada de madre en nuestra mente sobre todo cuando suceden esos tráficos insoportables a tempranas horas o en las noches.

Podemos decir que son los transportistas los que nos dan aviso y advierten de estos personajes: ¡Señores, guarden sus celulares que ya entramos a la zona brava! ¡Señores, cierren sus ventanas! Aunque hay que diferenciar un asalto de esta naturaleza a un atraco entre dos o más sujetos quienes atacan sin medir consecuencias. Muchos de estos portan armas blancas y por el estado en que se encuentran son capaces de cometer un asesinato con tal de cumplir su objetivo.

Pero, entonces, ¿qué hacer?; si cuando alguien denuncia un asalto ante un policía, este no hace caso o solo te advierte que tengas cuidado. ¿Quién nos defiende? ¿Los delincuentes son más fuertes que la fuerza policial? ¿A las autoridades poco les interesa la muerte de alguna víctima de asalto? ¿Qué pasa en nuestra sociedad? ¿Es un mal necesario? A todas luces ante estas interrogantes solo una respuesta: tendremos que crear nuevas formas de autodefensa personal para proteger nuestra integridad física ante estos sujetos. Y solo me queda decir que Bondy no se equivocó al decir que Lima es y sigue siendo “horrible”.

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