Faltaban dos días para el elegir al Presidente del Perú. Los peruanos tenían que cumplir con el deber cívico de acudir a las urnas. Un mes tormentoso para los candidatos. Sólo les quedaba el cierre de campaña. A Ollanta le pertenecía la Plaza Dos de Mayo y a Keiko, Paseo Colón. Todo estaba dicho, era la última oportunidad para convencer a algún indeciso.
La cita era las 8pm en la Av. Paseo Colón. Keiko Fujimori realizaría su cierre de campaña ante sus simpatizantes. Salimos de la universidad con el mismo grupo de la vez que fuimos a ver a Ollanta Humala en la Plaza San Martín, pero esta vez las banderas se teñirían de color anaranjado. Se le ocurrió a Carlos, compañero de aula, pasar por la Plaza Dos de Mayo. Centenares de cabezas desfilaban en caravana. Parecía la salida de un gran concierto. ¡No podemos estar aquí! ¡Vámonos! Exclamó Ivan quien tenía que cumplir su labor de realizar su crónica de Keiko.
La Av. Alfonso Ugarte estaba cerrada. Grupo de personas deambulaban buscando sus respectivos lugares. Algunos micros podían pasar por dicha avenida. Policías resguardaban las principales entradas de las Plazas Bolognesi y Plaza Dos de Mayo. Habíamos caminado 1500 metros hasta llegar al mitin de Fujimori. La música empezó a hacerse más notable a nuestros oídos. Las banderas y los globos anaranjados hacían su presencia. Gorros con letras impresas: ¡Keiko presidente!
Había unas rejas que no permitían el paso, por la que un efectivo nos recomendó ir por otra entrada. ¡Chicos, van a entrar! ¡Póngase estos polos! Fue la reacción de una joven señorita ante nuestra presencia. Lo hicimos pero nos condicionó que no nos saquemos para nada. Un par de globos y una banderita nos regalaron. La iluminación era intensa que cegaba nuestras vistas.
El grupo de los hermanos Yaipén ya se había presentado. Voces gritaban: ¡Se siente, se siente Keiko presidente! Se notaba entre los miles de simpatizantes alegría y esperanza. Un señor con un sombrero en forma de vaso de cerveza recitaba: ¡El Perú está contigo, para que más!
No había mucha diferencia con la visita anterior al de Ollanta. Son personas que quieren el cambio. Son gente que quiere solución a sus problemas. Los dos bandos “keikistas” y “ollantistas” tienen las mismas necesidades. Nada era distinto. Lo único que era diferente eran los colores y los candidatos. La candidata de Fuerza 2011 aún no salía a realizar su último mitin.
El escenario era colosal llena de luces de colores. Decidimos recorrer-si es que se podía-por todo el perímetro del paseo Colón. Los ambulantes encontraron la mejor manera de vender vinchas, polos, pitos, banderas, gaseosas, cerveza en lata, hamburguesa, refrescos, cigarros. Todo se podía adquirir.
Una señora del colectivo Keiko vestía un polo blanco con letras impresas en la espalda que decía: ¡No al Comunismo! Ivan se acercó y le preguntó: ¿Señora que significa lo que dice su polo? Ante la pregunta que la dejó pensando un buen rato solo se limitó a responder que los peruanos no deben regresar al comunismo que según ella es sinónimo de terrorismo.
Otra mujer con el cabello rojizo y bien pintada vestía un polo color naranja con letras negras que se leía: ¡Keiko, la primera mujer presidenta¡ Ante nuestra interrogantes nos comentó: ¡Ya es momento el cambio y las mujeres tienen que gobernar¡
Salió Keiko junto a todos sus aliados fujimoristas y los simpatizantes hicieron un karaoke de arengas cada vez que terminaba una parte del discurso. Llegaron de distintos puntos de Lima. Había más mujeres de todas las edades. Niños y niñas. Ellos ya estaban decididos.
Nada podía hacerlos cambiar de opinión. Todo lo perdonan. Una joven visiblemente cansada me comentó: ¡Los hijos no tienen por qué cargar los errores de los padres! Tal vez tenga razón. Pero lo único que sé es que todos tenemos las mismas demandas y las mismas necesidades. Todos queremos un cambio. Solo es sabido que este domingo cinco de junio elegiremos al Presidente o Presidenta del Perú sea de cualquier color: rojo, blanco o anaranjado.