LABRADOR OLVIDADO
Gotas de sudor en la frente; uñas rotas por el hambre;
pestañas empolvadas de injusticia; hombros curvados sin descanso; pies gastados
por cabalgar montañas sin final.
Al amanecer la estrella enciende sus cabañas asiladas; en
el atardecer la cordillera abraza de frío sus temores del mañana.
La tempestad grita de soledad; el aire contagiado por
voces de amargura son melodías de abundantes noches.
Son plantas marchitadas que han sido maltratadas desde
hace mucho tiempo por bestias enloquecidas por su ambición.
“La semilla de sus creencias es la fuerza de querer
vivir; y el cultivo de sus hijos es el arma contra la adversidad”.
Autor: Marco A. Peña
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